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13.10.09

Obama ha hecho los méritos para obtener el Premio Nobel de la Paz

13-10-2009

Obama ha hecho los méritos para obtener el Premio Nobel de la Paz

Sergio Rodríguez Gelfenstein
TeleSur

Repugnado y arrepentido por haber inventado una serie de sustancias destructivas, Alfred Nobel, trató de enmendar su error al testar en 1895 a favor de crear un fondo encaminado a premiar los mejores exponentes de distintas áreas del saber y a aquellos que hicieran un aporte destacado para el logro y mantenimiento de la paz en el mundo.

Desde 1901, primer año de entrega del Premio Nobel de la Paz, Barack Obama es el cuarto presidente de Estados Unidos que recibe la distinción. Sin embargo, esta es la primera vez que se entrega -según la información proporcionada por el Comité Noruego del Premio Nobel- no por alguna obra o acción realizada a favor de la paz sino por ''su extraordinario esfuerzo a favor de fortalecer la diplomacia y la cooperación internacional''.

Imagino que con esto se inaugura una nueva etapa en que el Comité Nobel tan preocupado por el mantenimiento de la paz en el mundo, -al no encontrar a nadie que haya hecho una acción en este sentido- se va a encargar ahora de premiar a aquellos que al menos hagan ''esfuerzos'' en tal dirección.

En esta lógica, es de esperar que los próximos Premios Nobel sean una dura lucha entre el dictador de Honduras Roberto Micheletti, por su esfuerzo para recibir a la delegación de la OEA que busca restituir al presidente constitucional de ese país, Álvaro Uribe por sus extraordinarios esfuerzos por restablecer las relaciones diplomáticas con Ecuador después de haber ordenado la invasión a ese país o Alan García, el presidente peruano por su descomunal esfuerzo para pacificar a los indios que pretenden evitar que sus ancestrales territorios sean vulnerados por las transnacionales que intentan instalarse en su pachamama querida.

En tan memorable día es bueno recordar quienes fueron los anteriores colegas de Obama en recibir la distinción. El primero de ellos en 1906 Teodoro Roosevelt, por establecer para América Latina la política del ''Gran Garrote'' que inauguró una época de intervenciones militares de Estados Unidos en el Caribe. Entre estas políticas que le hicieron acumular méritos para tan distinguido premio está la invasión a Cuba en 1902 y la instalación de la Enmienda Platt en la Constitución cubana con la cual se pretendía legalizar la intervención de Estados Unidos en los asuntos internos de la isla.

Roosevelt adjuntó a la Doctrina Monroe el corolario que lleva su nombre y que permitía a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos actuar como ''policía internacional'' ante cualquier conflicto que surgiera en América Latina. Así, además de Cuba, apoyó la intervención imperialista europea contra el gobierno de Cipriano Castro en Venezuela en 1902, y ordenó la invasión de la armada de Estados Unidos en República Dominicana en 1905, entre otras importantes acciones por la paz.

Después de Roosevelt, el Presidente Woodrow Wilson fue honrado con tal alta distinción en el año 1919. Entre los méritos más importantes que lo llevaron al mismo se debe destacar que en su período de gobierno se firmó con Nicaragua el Tratado Bryan-Chamorro, mediante el cual se vulneraba descaradamente la soberanía nicaragüense, incluso con la pretensión no refrendada de instalar un instrumento similar a la Enmienda Platt en la Constitución de ese país centroamericano. En 1915, Wilson ordenó la intervención militar de Estados Unidos en Haití, sometiéndolo a este país a una situación colonial por 18 años. Miles de haitianos murieron por la represión desatada durante ese período y al igual que Roosevelt ocupó militarmente República Dominicana en 1916. Pareciera que esta es una condición para obtener el Premio Nobel de la Paz.

Durante muchos años, los presidentes de Estados Unidos no hicieron méritos suficientes para obtener nuevamente el Premio Nobel, pero en 1973 Henry Kissinger, Secretario de Estado en el gobierno de Richard Nixon, junto al vietnamita Le Duc Tho ganaron el reconocimiento.

Entre las acciones más destacadas de Kissinger están su colaboración y apoyo para las violaciones de los derechos humanos por la dictadura militar que se entronizó en Argentina en 1976, la organización, dirección y financiamiento del golpe de estado contra Salvador Allende en Chile en 1973 y el posterior sustento político internacional de la dictadura de Pinochet. Además se conoce su papel como soporte de la dictadura de Suharto en Indonesia y la autorización para el bombardeo sobre población civil en Vietnam, Laos y Camboya durante la guerra de liberación de esos pueblos en los años 70.

Es válido decir que Le Duc Tho en representación del honor y la dignidad del heroico pueblo vietnamita se negó a recibir el Premio Nobel junto a Kissinger.

Siguiendo la tradición del Nobel, Jimmy Carter en el año 2002, -cuando ya no era presidente- y había creado una fundación para lavar sus culpas de la necesaria vocación imperial que todo presidente de Estados Unidos debe tener para servir a las poderosas transnacionales que controlan la economía de ese país, también fue distinguido.

Durante su mandato, Carter, aunque tuvo una actitud menos agresiva que sus antecesores apoyó a los gobiernos represivos de Centroamérica, abogó por una salida a la ''estadounidense'' de la dictadura de Somoza en Nicaragua y el Sha de Irán. En Nicaragua incrementó los mecanismos de negociación para dejar fuera a los sandinistas del gobierno que sucediera a la dinastía somocista y hasta intentó una intervención militar a través de la OEA cuando la dictadura militar fenecía a mediados de 1979.

Sus asesores más importantes respondían a la lógica del Complejo Militar Industrial y durante su período el mundo vivió momentos de gran tirantez entre los polos de poder mundial. Carter fue gran promotor de las tensiones planetarias que elevaron considerablemente las ventas de armas en el orbe durante este período, se negó a ratificar los Tratados SALT-2 con la Unión Soviética para reducir el arsenal nuclear, por el contrario jugó un papel destacado en la renovación del arsenal nuclear de Estados Unidos y de la OTAN. Debe ser por todo esto que se hizo merecedor del Premio Nobel de la Paz.

Con todos estos antecedentes es fácil entender porque el Comité Noruego del Nobel le concede este reconocimiento al presidente Obama. En estos pocos meses de su gobierno ha hecho esfuerzos importantes para el logro de la paz en el mundo, entre estas acciones están el mantenimiento de Robert Gates como Secretario de Defensa, hecho inédito en la historia de Estados Unidos, aceptando la imposición del Complejo Militar Industrial, y avalando con ello la política guerrerista de Bush, el fortalecimiento del apoyo al genocidio israelí en Gaza, su solidaridad disimulada con la dictadura hondureña al no declarar jamás que lo ocurrido en ese país ha sido un golpe de estado, el incremento de la presencia militar estadounidense en Afganistán y su silencio ante el exterminio de su población civil indefensa por parte de las tropas de Estados Unidos y la OTAN, la profundización de la intervención militar en Irak, la reactivación de la 4ta. Flota de la Armada en el Caribe y el Atlántico Sur, la instalación de siete bases militares en Colombia, dos en Panamá y un radar en Costa Rica para restructurar y reinstalar la capacidad de mando y control del Comando Sur de las Fuerzas Armadas de la potencia imperial y cooperar a través de la DEA con los carteles del narcotráfico que introducen drogas en Estados Unidos al no tomar una sola medida para luchar contra la demanda de estupefacientes en su país.

No se puede criticar al Presidente Obama por haber sido objeto de tal reconocimiento, él no ha hecho nada por recibirlo, ni siquiera hizo campaña o ''lobby'' para ello, pero si tuviera un poquito de dignidad y honor debería mandar una carta al Comité noruego, negándose a recibirlo. Él, aún no ha hecho los méritos de Roosevelt, Wilson, Kissinger o Carter y por el bien de la salvaguarda de nuestro planeta y de la sobrevivencia de la vida sobre la tierra esperamos que nunca los haga.

Fuente: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=93172

19.1.09

Como “lucha” EE.UU. contra el terrorismo internacional



El siguiente articulo se encuentra publicado en la Revista “Socialismo – teoría y práctica”, Nº 2 de febrero de 1985. paginas 57, 58 y 59. Este articulo a pesar de que pronto cumplirá 24 años de haber sido publicado no deja de ser actual, ya que se podrían agregar a la lista los ataques que en los últimos años fueron perpetrados contra Afganistán e Irak; el intento de golpe contra el gobierno de Chávez,; los intentos de desestabilización política del gobierno del presidente Morales, entre otros.
Te invito a que con tus comentarios completes la lista.
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Como “lucha” de EE.UU. contra el terrorismo internacional

El hegemonismo estadounidense con relación a otras naciones y Estados tiene una larga historia. He aquí tan sólo una breve enumeración de los hechos que evidencian que EE.UU. suele practicar una política global de terrorismo estatal.

Diciembre de 1823. Se proclamó la doctrina de Monroe, según la cual EE.UU. tenía “derecho” al expansionismo en América Latina.

Agosto de 1853. Una escuadra de Marina de Guerra norteamericana obliga al Japón que “establezca relaciones diplomáticas” con EE.UU.

1855. Apoyado por el Gobierno estadounidense, el aventurero norteamericano William Walker, a la cabeza de tropas mercenarias, invade a Nicaragua y se proclama Presidente del país.

Febrero de 1893. EE.UU. impone su protectorado a las islas de Hawai.

Diciembre de 1898. No obstante haberse proclamado Filipinas como país independiente, Washington, al vencer a España en la guerra, le “compra” estas islas por 20 millones de dólares.

1901. Las tropas norteamericanas toman parte en aplastar la sublevación de los “bóxers” en China.

1899-1902. EE.UU. invade a Cuba, no obstante haberse proclamado ésta como Estado independiente en 1898.

Noviembre de 1903. Estados Unidos establece su control sobre la zona del Canal de Panamá.

1909. Las tropas norteamericanas desembarcan en Nicaragua y prácticamente ocupan el país. La ocupación continúa, con pequeños intervalos, hasta 1933.

Mayo de 1919. Comienzo de la intervención armada de EE.UU. contra la Rusia Soviética.

1934. El general Augusto César Sandino, héroe nacional de Nicaragua y líder del movimiento insurreccional que expulsó a los ocupantes norteamericanos, es asesinado por los servicios de inteligencia estadounidense y las fuerzas de la reacción interna. Se establece la dictadura pro-norteamericana de Somoza derrocada en 1979 por la Revolución Popular Sandinista.

Enero de 1948. La enmienda 402, aprobada por el Congreso de EE.UU. le concede a la Administración norteamericana el derecho de “ejercer una influencia metódica y sistemática sobre la opinión pública de otras naciones”.

Agosto de 1948. En Washington se aprobó la Directiva 20/1 del Congreso de Seguridad Nacional, que definió: “Son dos, en esencia, nuestros objetivos fundamentales con relación a Rusia. Primero, es reducir hasta el mínimo el poderío y la influencia de Moscú; segundo efectuar cambios radicales en la teoría y en la práctica de la política exterior que se practica con el gobierno de Rusia… Se trata, ante todo, de debilitar políticamente a la Unión Soviética y mantenerla así”.

Junio de 1950. La 7ª Flota de EE.UU. ocupa la isla Formosa (Taiwan).

Junio de 1950. Las Fuerzas Armadas de Estados Unidos inician la intervención en la Península de Corea.

Junio de 1953. Servicios Secretos norteamericanos provocan desórdenes en Berlín.

Agosto de 1953. El gobierno de Mossanddegh de Irán, es derrocado con una participación activa de la CIA.

Junio de 1954. Como resultado de la intervención armada contra Guatemala es derrocado el legítimo gobierno de Arbenz.

Marzo de 1957. Entra en vigor la doctrina Eisenhower-Dulles, según la cual la Administración de EE.UU. estaba autorizada para utilizar por su propia iniciativa las fuerzas armadas en el medio oriente.

Mayo de 1958. La CIA participa en los preparativos de un golpe militar para derrocar el Gobierno de Indonesia.

Abril de 1961. Mercenarios pagados por Washington desembarcan en la Bahía de Cochinos, en Cuba.

Noviembre de 1963. EE.UU. inspira en Vietnam del Sur un “motín” contra el dictador títere Ngo Dinh Diem, quien se hizo incómodo para Washington.

Agosto de 1964. La aviación estadounidense empieza a bombardear el territorio de la Republica Democrática de Vietnam.

Abril de 1965. Las tropas norteamericanas invaden República Dominicana.
Septiembre de 1973. Siendo apoyadas directamente por la CIA, las fuerzas reaccionarias de Chile derrocan al Gobierno de la Unidad Popular y establecen la dictadura militar fascista.

Marzo de 1980. EE.UU. comenzó a formar las “fuerzas de despliegue rápido”.

Abril de de 1980. La administración norteamericana, so pretexto de “liberar a los rehenes”, realiza una provocación armada contra la Republica Islámica de Irán.
Junio de 1982. El Presidente Reagan anuncia en Londres la “cruzada” contra el comunismo.

Agosto de 1982. Los marines norteamericanos desembarcan en el Líbano.

Septiembre de 1983. El Presidente de Estados Unidos proclama el “derecho” de Washington a realizar actos subversivos, por medio de sus servicios especiales, en los Estados soberanos.

Octubre de 1984. La granada independiente se hizo victima de la agresión armada por parte de los Estados Unidos de Norteamérica.

Marzo de 1984. La CIA mina los puertos del soberano Estado de Nicaragua.

Junio de 1984. La CIA confeccionó y trató de materializar los planes enfilados a desacreditar las transformaciones democráticas en Grecia, a derrocar el Gobierno del Movimiento Socialista Panhelénico, encabezado por A. Panpadreu. Las fuerzas reaccionarias de Grecia, dirigidas e inspiradas por la CIA, recurrían a actos violentos y terroristas contra los representantes de los círculos democráticos. Se atentó, en particular, contra la vida de varios activistas del Movimiento Socialista Panhelénico y del Partido Comunista de Grecia en diversas regiones del país. Se emprendieron intentos de desestabilizar la situación política dentro del país.

Junio de 1984. En una “conferencia sobre el terrorismo internacional”, celebrada en EE.UU. representantes de la Casa Blanca calificaron de “terroristas” a las naciones y Estados que se pronunciaran contra la política dictatorial de Norteamérica.

Agosto de 1984. El mundo quedo perplejo ante la “broma” del Presidente Reagan en el sentido de que la Unión Soviética se declaraba fuera de la ley y que, en consecuencia, dentro de cinco minutos comenzarían el bombardeo de aquélla.

24.11.08

La lucha de clases en Wall Street

La lucha de clases en Wall Street
Por Slavoj Zizek.
Fuente: http://www.lemonde.fr/opinions/article/2008/10/09/lutte-des-classes-a-wall-street-par-slavoj-zizek_1104997_3232.html
Traducción de Ramón Castillo

Lo primero que salta a la vista cuando se observan las reacciones actuales ante el derrumbe económico es que nadie sabe lo que hay que hacer. Esto surge debido al hecho de que la incertidumbre es parte del juego económico; la manera en cómo reaccionará el mercado depende no solamente de la confianza que los principales actores otorguen a las intervenciones gubernamentales, sino también, y es esto aún más importante, dependerá del grado de confianza que ellos estén dispuestos a otorgar a los otros actores implicados; es decir, no se puede tener en cuenta, con certeza, los efectos de sus propias intervenciones. Estamos así obligados a hacer elecciones sin disponer del conocimiento necesario que nos permita elegir claramente, o, como dice John Gray: “Estamos obligados a vivir como si fuésemos libres”.

Pero, puesto que no cesamos de repetir que la confianza y la credibilidad son determinanantes, nos deberíamos de preguntar en qué medida el hecho de que la administración americana esté, justo en medio del pánico, aumentando el riesgo de sus apuestas, no ha agravado el peligro que ella misma intenta conjurar. Es fácil señalar la similitud entre el lenguaje utilizado por el presidente Bush en sus discursos tras los ataques del 11-S y aquel utilizado ante el colapso finaciero: se podría decir que son dos versiones de un mismo discurso.

En ambas ocasiones, Bush alude a una amenaza que se cierne sobre la “American way of life” misma, y por ende, la necesidad de reaccionar, de manera rápida y decisiva, con el fin de hacerle frente. De manera reiterada, hace un llamado para abandonar, provisionalmente, los valores típicos americanos (las garantías concernientes a las libertades individuales, el capitalismo del mercado, etc.) para poder salvar precisamente esos mismo valores. Acaso, ¿es inevitable la paradoja?

La presión dirigida a “hacer cualquier cosa” ante un problema, aparece aquí como una compulsión supersticiosa por hacer algo, lo que sea, cuando observamos un proceso sobre el cual no tenemos ninguna influencia verdadera. Llega también en esas ocasiones en que actuamos para eludir el tener que hablar o pensar sobre aquello que hacemos. Por ejemplo, para responder rápidamente a un problema, el liberar 700 millones de dólares en lugar de preguntarse cómo es que esta situación llegó a este punto.

Recordemos que el pasado 15 de julio, el senador republicano Jim Bunning atacó al presidente de la Reserva Federal de Estado Unidos, Ben Bernanke, afirmando que su propuesta confirmaba que “el socialismo está bello y saludable en América”: “ La FED quiere ser, de ahora en adelante, el regulador del riesgo en el sistema. Pero, la FED es el riesgo en el sistema. Incrementar el poder de la FED vendría a ser como darle a un niño que ha roto nuestra ventana, mientras jugaba beisbol, un bate más grande, pensando que eso resolverá el problema”.

Bunning fue el primero en exponer públicamente las grandes líneas del razonamiento que justifica la oposición del Partido Republicano contra el rescate federal. Dicho argumento amerita que lo miremos más de cerca. Podemos, así pues, remarcar que la resistencia al plan de salvamento fue formulada en términos de “luchas de clases”: la Bolsa, Wall Street, contra la calle, Main Street (1). ¿Por qué deveríamos ayudar a los responsables de la crisis (Wall Street), y dejar que sean los simples prestatarios (en Main Street) los que paguen la mayor parte? Esto último se define como “el riesgo que alguien asume, de manea inmoral, debido a que se sabe protegido por medidas de seguridad, leyes u otras instituciones, contras los prejuicios que su comportamiento podría engendrar”. Dicho de otra manera, si yo estoy asegurado contra los incendios, entonces tomaría menos precauciones contra él (o, llevando esta lógica al extremo, yo mismo metería el fuego al edificio asegurado que me está generando pérdidas). La misma cosa sucede con los grandes bancos. ¿No están protegidos contra las grandres pérdidas, todo para ser capaces de conservar sus ganancias? No nos tomará por sorpresa el saber que Michael Moore ya ha escrito una carta pública en la que califica al plan de rescate como el robo del siglo. Estas inesperadas imbricaciones entre la izquierda y los republicanos conservadores deberían darnos algo sobre qué pensar.

Ambos comparten el desprecio por los grandes especuladores y los CEOs (2) que se hacen de grandes beneficios a costa de decisiones azarosas que, sin embargo, están protegidas de fallos por “paracaidas dorados”. ¿No va esto mismo en relación con el escándalo de Enron en el año 2002, que se ha interpretado como una clase de comentario irónico sobre la idea de sociedad de riesgo? Los miles de trabajadores que perdieron su empleo y sus ahorros fueron expuestos a un riesgo, pero sin tener realmente ninguna otra opción. Aquellos que, por el contrario, tuvieron un real conocimiento de los peligros, y también la posibilidad de intervenir en la situación (los dirigentes), minimizaron los riesgos e hicieron efectivas sus acciones y sus opciones antes del derrumbe. Si es verdad que vivimos en una sociedad de elecciones riesgosas, entonces, algunos (los patrones de Wall Street) hacen las elecciones, mientras que son otros (las personas ordinarias que pagan hipotecas) los que asumen los riesgos…

Entonces, ¿el plan de rescate es realmente una medida “socialista”, el alba del socialismo de Estado en los Estado Unidos? Si ese fuera el caso, es claro que lo es en un sentido muy singular: una medida “socialista” en la que el primer objetivo no es ir en ayuda de los pobres, sino de los ricos, no de aquellos que piden prestado, sino de aquellos que prestan. La ironía suprema reside así en el hecho de que la “socialización” del sistema bancario es aceptable cuando sirve para salvar al capitalismo: el socialismo es nefasto, excepto, claro, cuando permite estabilizar al capitalismo.

¿Y si, al mismo tiempo, un “riesgo moral” estuviera inscrito en la estructura fundamental misma del capitalismo? En otras palabras, el problema es resultado del hecho de que es imposible separar ambos aspectos, en el sistema capitalista, el bienestar en Main Street está subordinado a la prosperidad de Wall Street. Así, entonces los populistas republicanos que se oponen al plan de rescate financiero actuan incorrectamente, motivados por buenas razones, y los partidarios del rescate actuan correctamente movidos por malas razones. Para decirlo en los términos más refinados de la lógica proposicional, su relación no es transitiva, pues aquello que es bueno para Wall Street no lo es necesariamente para Main Street, y Main Street no puede prosperar si a Wall Street le va mal. Y dicha asimetría le otorga, a priori, una ventaja a Wall Street.

Todo eso muestra claramente que no existe algo así como un mercado neutro; en cada situación particular, las coordenadas de la interacción mercantil están siempre reguladas por decisiones políticas. El verdadero dilema no es aquel de saber si el Estado debe o no intervenir, sino bajo qué forma debe de hacerlo. Y en este punto nos confrontamos a la verdadera política: la lucha por definir las coordenadas “apolíticas” de nuestras vidas. Todos los problemas políticos son en un sentido no partidistas, ellos se relacionan más con la pregunta: ¿Cuál es la naturaleza de nuestro país?

Así, es precisamente el debate sobre el plan de rescate lo que constituye un verdadero problema político concerniente a las decisiones a emprender sobre los elementos fundamentales de nuestra vida social y económica, yendo hasta el movilizamiento del fantasma de la lucha de clases (¿Wall Street o los acreedores hipotecarios? ¿Intervención del Estado o no?). No encontraremos niguna posición claramente “objetiva” que nos baste aplicar aquí; debemos tomar partido politicamente.

¿Cuál es la solución? El gran filósofo idealista de origen alemán Emmanuel Kant respondió a la divisa conservadora: “¡No piense, obedezca!”, no con otra como: “¡No obedezca, piense!”, sino con: “¡Obedezca, pero piense!”. Cuando somos sometidos a un chantaje como el del plan de rescate finaciero, debemos vigilar la intención de dicho chantaje, y esforzarnos entonces por resistir a la tentación populista de dar expresión a nuestra cólera y darnos de golpes. En lugar de ceder a una expresión impotente como esa, debemos dominar nuestra molestia para transformarla en la firme resolución de pensar, reflexionar de una manera realmente radical, de preguntarnos sobre el tipo de sociedad, que estamos en camino de dejar, que hace posible chantajes de este género.



Notas.
1. - Main Street es el nombre genérico que reciben las avenidas principales de algunas ciudades pequeñas, villas o pueblos en los Estados Unidos y algunos otros países. (N. del T.)
2. - CEO, iniciales del inglés Chief Executive Officer; el equivalente en español sería Presidente Ejecutivo o Director Ejecutivo de una empresa. (N. del. T.)

Aparecido originalmenente en la edición del 10/10/2008 del diario francés Le Monde.

http://www.lemonde.fr/opinions/article/2008/10/09/lutte-des-classes-a-wall-street-par-slavoj-zizek_1104997_3232.html

Traducción de Ramón Castillo

17.11.08

LA AMAZONÍA SEGÚN UN TEXTO ESCOLAR EN LOS EEUU

LA AMAZONÍA SEGÚN UN TEXTO ESCOLAR EN LOS EEUU


Los libros de geografía de USA están mostrando el mapa del Brasil amputado, sin el Amazonas y el Pantanal. Están enseñando en las escuelas, que estas áreas son internacionales..., en otras palabras, ellos están preparando a la opinión publica norteamericana, para dentro de algunos años poder apoderarse de este territorio brasileño y de los países limítrofes.



Este es el texto de geografía de 6to. grado en EE.UU. donde se señala, que ellos tomaran el control del amazonas para salvaguardar el agua y el oxigeno del planeta.




Debemos hacer circular este artículo al mayor número de personas que conozcamos, para que se enteren de que a pesar de que no nos informan, nosotros, el pueblo, sabemos de sus planes...
Si alguien tiene duda que en los Estados Unidos existen mapas del Brasil sin el Amazonas, vean la página del libro anexo, donde la Amazonia está marcada como bajo la responsabilidad de los Estados Unidos y de las Naciones Unidas.

En el libro se menciona que esta está localizada en... América del Sur, una de las regiones más pobres del mundo..., es parte de... ocho países diferentes y extraños, irresponsables, crueles y autoritarios..., pueblos crueles, de trafico de drogas y además, son... pueblos incultos e ignorantes..., pudiendo causar la muerte de todo el mundo dentro de pocos años...

Solo hay que observar la página 76 del "didáctico" libro norteamericano "Introducción a la Geografía", del autor David Norman, utilizado en la Junior High School (equivalente al 6° grado de la primaria).

Esto explica la "Operación Colombia", tropas norteamericanas (¡80 mil hombres! en Surinam - Guayana); la apropiación de la base de la Fuerza Aérea Brasilera; lanzamientos de cohetes de Alcántara; la intención de los Estados Unidos de colocar una oficina de la CIA en la triple frontera (Foz do Iguazú) y la implementación de DOS bases militares en la Argentina, una en la Patagonia y otra próxima a Buenos Aires.

Traducción del texto

"... al norte de América del Sur, una extensión de tierra con más de 3.000 millas cuadradas.

3.5-5.- PRIMERA RESERVA INTERNACIONAL DE LA SELVA AMAZÓNICA

Desde mediados de los años 80, la más importante floresta del mundo pasó a ser responsabilidad de los Estados Unidos y de las Naciones Unidas. Es llamada FIRAF (Primera Reserva Internacional de la Floresta Amazónica), y su fundación fue dado por el hecho de que la Amazonia está localizada en América del Sur, una de las regiones más pobres del mundo y cercada por países irresponsables, crueles y autoritarios. Fue parte de ocho países diferentes y extraños, los cuales son en su mayoría, reinos de la violencia, tráfico de drogas, ignorancia y de pueblos sin inteligencia y primitivos.

La creación de FIRAF fue apoyada por todas las naciones del G-23 y fue realmente una misión especial para nuestro país y un regalo para todo el mundo, visto que la posesión de estas tierras tan valiosas en manos de pueblos y países tan primitivos condenarían los pulmones del mundo con la desaparición y la total destrucción en pocos años.

Podemos considerar que esta área tiene la mayor biodiversidad del planeta, con una gran cantidad de especimenes de todos los tipos de animales y vegetales. El valor de esta área es incalculable, pero el planeta puede estar seguro de que los Estados Unidos no permitirán que estos países Latino Americanos exploten y destruyan esta verdadera propiedad de toda la humanidad. FIRAF es como un parque internacional, con severas reglas para la explotación."

LEYENDA BAJO EL MAPA

"Podemos ver la localización de la reserva Internacional. Forma parte de 8 países de América del Sur: Brasil, Bolivia, Perú, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa. Algunos de los más pobres y miserables países del mundo."

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comentarios personales....

1.- En internet encontre un comentario de defensa al imperio respecto de este mismo articulo publicado en otro blog.

2.- En contraste con ese comentario seria bueno que revisaran una noticia de la página rebebion.org, publicada por Heinz Dieterich, que se titula: "Brasil prepara un 'plan estratégico de defensa nacional'". En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=57748

3.- Espero que este mensaje nos haga dar cuenta de la relación del imperio con el continiente americano, además de que contribuya a que entendamos que es sumanmente necesaria, mas que nunca, la unión de los paises latiniamericanos por la defensa conjunta de nuestra libertad y soberania.

7.10.08

Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo

6/10/2008
Todo lo que usted quiere saber sobre el origen de esta crisis pero teme no entenderlo
Focus on the Global South

Todos nos hacemos estas preguntas sobre la actual crisis financiera: ¿ya pasó lo peor? ¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia? ¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado? ¿Fue falta de regulación? Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico? ¿Qué tiene que ver la crisis de sobreproducción de mediados de los años 70 con los acontecimientos recientes? ¿Qué pasó, pues? ¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción? ¿En qué consistió la reestructuración neoliberal? ¿En qué medida la globalización de los 80 y los 90 fue una respuesta a la crisis de los 70? ¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis? ¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida a la crisis de sobreproducción de los 70? ¿Por qué la financiarización es tan volátil? ¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas? ¿Cómo se formó la presente burbuja inmobiliaria? ¿Y cómo creció? ¿Cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones? ¿Y cómo es posible que los titanes de Wall Street se desplomaran como un castillo de naipes? ¿Qué pasará ahora?

Todos, en efecto, nos hacemos esas preguntas. Pero pocos pueden tratar de contestarlas con la insólita combinación de elegancia, profundidad, claridad y extremada sencillez del economista y politólogo Walden Bello. Y mucho menos en apenas 4000 palabras.

El derrumbe de Wall Street no se debe solo a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. Procede también, y sobre todo, de la crisis de sobreproducción que ha venido minando al capitalismo remundializado desde mediados de los 70. Así ve esta crisis de fin de época Walden Bello.

Muchos en Wall Street todavía están digiriendo los acontecimientos epocales de las últimas semanas:

* Entre 1 y 3 billones de dólares de activos financieros evaporados.

* Wall Street, nacionalizado, con la Reserva Federal y el Departamento del Tesoro tomando todas las decisiones estratégicas importantes en el sector financiero, y a todo eso, con un gobierno que, tras el rescate de AIG, pasa a dirigir la mayor compañía aseguradora del mundo.

* El mayor rescate desde la gran depresión, con 700 mil millones de dólares reunidos a la desesperada para salvar al sistema financiero global.

Las explicaciones habituales ya no bastan. Los acontecimientos extraordinarios precisan de explicaciones extraordinarias. Pero antes…

¿Ya pasó lo peor?

No, si algo ha quedado claro con los movimientos contradictorios de estas semanas en que, al tiempo que se permitía la quiebra de Lehman Brothers, se nacionalizaba AIG y se fraguaba la toma de control de Merril Lynch por el Bank of America, es que no hay una estrategia para afrontar la crisis; a lo sumo, respuestas tácticas, como bomberos que se pisan la manguera, abrumados por la magnitud del incendio.

El rescate de 700 mil millones de dólares de las obligaciones hipotecariamente respaldadas en poder de los bancos no es una estrategia, sino, básicamente, un esfuerzo a la desesperada para restaurar la confianza en el sistema, para prevenir la erosión de la fe en los bancos y en otras instituciones financieras y para evitar una afluencia masiva de retirada de fondos de los bancos como la que desencadenó la Gran Depresión de 1929.

¿Qué causó el colapso del centro neurálgico del capitalismo global? ¿Fue la codicia?

La vieja y venerada codicia jugó su parte. A eso se refería Klaus Schwab, el organizador del Foro Económico Mundial, el jamboree de la elite global celebrado anualmente en los Alpes suizos, cuando dijo a su clientela en Davos este año: "Tenemos que pagar por los pecados del pasado".

¿Fue el de Wall Street un caso de alguacil alguacilado?

Desde luego. Los especuladores financieros rizaron el rizo hasta confundirse ellos mismos con la creación de contratos financieros más y más complejos, como los derivados, tratando de ganar dinero a partir de todo tipo de riesgos (incluidos exóticos instrumentos de futuros, como los credits default swaps o contratos de protección de derivados crediticios, que permitían a los inversores apostar, por ejemplo, a que los prestatarios de la propia corporación bancaria ¡no serían capaces de devolver su deuda! Tal es el comercio multibillonario no-regulado que acabó tumbando a AIG.

El 17 de diciembre de 2005, cuando la International Financing Review (IFR) anunció sus premios anuales del año –uno de los programas de premios más prestigioso del sector—, dejó esto dicho:

"Lehman Brothers no sólo mantuvo su presencia global en el mercado, sino que dirigió la penetración en el espacio de preferencia… desarrollando nuevos productos y diseñando transacciones capaces de subvenir a las necesidades de los prestatarios… Lehman Brothers es el más innovador en el espacio de preferencia precisamente por hacer cosas que no pueden verse en ningún otro sitio."

Huelgan comentarios.

¿Fue falta de regulación?

Sí. Todo el mundo reconoce ahora que la capacidad de Wall Street para innovar y excogitar instrumentos financieros más y más sofisticados ha ido mucho más allá de la capacidad regulatoria del Estado, y no porque el Estado no fuera capaz de regular, sino porque la actitud neoliberal, de laissez-faire, imperante impidió al Estado diseñar mecanismos efectivos de regulación.

Pero ¿no hay nada más? ¿No hay nada sistémico?

Bien, Georges Soros, que lo vio venir, dice que lo que estamos pasando es la crisis del sistema financiero, la crisis del "gigantesco sistema circulatorio" de un "sistema capitalista global… que está reventando por las costuras".

Para seguir con la idea del archiespeculador, a lo que estamos asistiendo es a la intensificación de una de las crisis o contradicciones centrales del capitalismo global, cual es la crisis de sobreproducción, también conocida como sobreacumulación o sobrecapacidad.

Se trata de la tendencia del capitalismo a construir una ingente capacidad productiva que termina por rebasar la capacidad de consumo de la población debido a las desigualdades que limitan el poder de compra popular, lo cual termina por erosionar las tasas de beneficio.

Pero, ¿qué tiene que ver la crisis de sobreproducción con los acontecimientos recientes?

Muchísimo. Pero, para entender la conexión, tenemos que retrotraernos a la llamada Época Dorada del capitalismo contemporáneo, al período comprendido entre 1945 y 1975.

Fue un período de rápido crecimiento, tanto en las economías del centro como en las subdesarrolladas, un crecimiento propulsado, en parte, por la masiva reconstrucción de Europa y del Este asiático tras la devastación de la II Guerra Mundial, y en parte, por la nueva configuración socio-económica institucionalizada bajo el nuevo estado keynesiano. Un aspecto clave de esta última fueron los severos controles estatales de la actividad de mercado, el uso agresivo de políticas fiscales y monetarias para minimizar la inflación y la recesión, así como un régimen de salarios relativamente altos para estimular y mantener la demanda.

¿Qué pasó, pues?

Bien, este período de elevado crecimiento terminó a mediados de los 70, cuando las economías del centro se vieron inmersas en la estanflación, es decir, en la coexistencia de un bajo crecimiento con una inflación alta, lo que la teoría económica neoclásica suponía imposible.

Sin embargo, la estanflación no era sino el síntoma de una causa más profunda, a saber: la reconstrucción de Alemania y del Japón, así como el rápido crecimiento de economías en vías de industrialización, como Brasil, Taiwán y Corea del Sur, añadió una enorme capacidad productiva e incrementó la competición global, mientras que la desigualdad social, dentro de cada país, y entre países, limitó globalmente el incremento del poder adquisitivo y de la demanda, resultando así erosionada la tasa de beneficio. La drástica subida del precio del petróleo en los setenta no hizo sino agravar la cosa.

¿Cómo trató de resolver el capitalismo la crisis de sobreproducción?

El capital ensayó tres vías de salida del atolladero de la sobreproducción: la reestructuración neoliberal, la globalización y la financiarización.

¿En qué consistió la reestructuración neoliberal?

La reestructuración neoliberal tomó la forma del reaganismo y del thatcherismo en el Norte y del ajuste estructural en el Sur. El objetivo era la revigorización de la acumulación de capital, lo que se consiguió: 1) removiendo las restricciones estatales al crecimiento, al uso y a los flujos de capital y de riqueza; y 2) redistribuyendo el ingreso de las clases pobres y medias a los ricos, de acuerdo con la teoría de que se motivaría así a los ricos para invertir y alimentar el crecimiento económico.

El problema de esa fórmula era que, al redistribuir el ingreso en favor de los ricos, estrangulaba el ingreso de los pobres y de las clases medias, lo que provocaba la restricción de la demanda, sin necesariamente inducir a los ricos a invertir más en producción.

De hecho, la reestructuración neoliberal, que se generalizó en el Norte y en el Sur a lo largo de los años ochenta y noventa, tuvo unos pobres registros en términos de crecimiento: el crecimiento global promedio fue de un 1,1% en los 90 y de un 1,4 en los 80, mientras que el promedio en los 60 y en los 70, cuando las políticas intervencionistas eran dominantes, fue, respectivamente, de un 3,5% y de un 2,54%. La reestructuración neoliberal no pudo terminar con la estanflación.

¿En qué medida la globalización fue una respuesta a la crisis?

La segunda vía de escape global ensayada por el capital para enfrentarse a la estanflación fue la "acumulación extensiva" o globalización, es decir, la rápida integración de las zonas semicapitalistas, no-capitalistas y precapitalistas a la economía global de mercado. Rosa Luxemburgo, la celebrada economista y revolucionaria alemana, se percató de este mecanismo hace mucho tiempo, viéndolo como un mecanismo necesario para restaurar la tasa de beneficio en las economías metropolitanas. ¿Cómo? Ganando acceso al trabajo barato; ganando mercados, aun si limitados, nuevos; ganando nuevas fuentes de productos agrícolas y de materia primas baratos; y creando nuevas áreas para inversión en infraestructura. La integración se produce a través de la liberalización del comercio, removiendo los obstáculos a la movilidad del capital y aboliendo las fronteras para la inversión exterior.

China, ni que decir tiene, es el caso más destacado de un área no-capitalista integrada en la economía capitalista global en los últimos 25 años.

Para contrarrestar sus declinantes beneficios, un considerable número de corporaciones empresariales situadas entre las primeras 500 del ranquin de la revista Fortune han trasladado una parte significativa de sus operaciones a China, a fin de aprovechar las ventajas del llamado "precio chino" (las ventajas de costes derivadas de un trabajo barato chino aparentemente inagotable). A mediados de la primera década del siglo XXI, entre el 40 y el 50 por ciento de los beneficios de las corporaciones estadounidenses dimanaban de sus operaciones y ventas en el exterior, y señaladamente, en China.

¿Por qué la globalización no pudo superar la crisis?

El problema con esta vía de salida del estancamiento es que exacerba el problema de la sobreproducción, porque añade capacidad productiva. La China de los últimos 25 años ha venido a añadir un volumen tremendo de capacidad manufacturera, lo que ha tenido por efecto deprimir los precios y los beneficios. No por casualidad, los beneficios de las corporaciones estadounidenses dejaron de crecer hacia 1997- De acuerdo con un índice estadístico, las tasas de beneficios de las 500 de Fortune pasó de 7,15 en 1960-69 a 5,30 en 1980-90, a 2,29 en 1990-99 y a 1,32 n 2000-2002.

Dadas las limitadas ganancias obtenidas en punto a contener el impacto depresivo de la sobreproducción, ya a través de la reestructuración neoliberal, ya con la globalización, la tecera vía de salida resultó vital para mantener y elevar la rentabilidad. La tecera vía es la financiarización.

En el mundo ideal de la teoría económica neoclásica, el sistema financiero es el mecanismo, merced al cual los ahorradores, o quienes se hallan en posesión de fondos excedentes, se juntan con los empresarios que tienen necesidad de sus fondos para invertir en producción. En el mundo real del capitalismo tardío, con la inversión en industria y en agricultura arrojando magros beneficios por causa de la sobreproducción, grandes cantidades de fondos excedentes circulan y son invertidas y reinvertidas en el sector financiero. Es decir, el sistema financiero gira sobre sí mismo.

El resultado es que se ensancha el hiato abierto entre una economía financiera hiperactiva y una economía real en estancamiento. Como bien observa un ejecutivo financiero: "ha habido una creciente desconexión entre la economía real y la economía financiera en estos últimos años. La economía real ha crecido, pero nada comparable a la economía financiera… hasta que estalló".
Lo que no nos dice este observador es que la desconexión entre la economía real y la economía financiera no es accidental: que la economía financiera se disparó precisamente para hacer frente al estancamiento dimanante de la sobreproducción de la economía real.

¿Cuáles fueron los problemas de la financiarización como vía de salida?

El problema de invertir en operaciones del sector financiero es que equivale a exprimir valor de valor ya creado. Puede crear beneficios, de acuerdo, pero no crea nuevo valor –sólo la industria, la agricultura, el comercio y los servicios crean valor nuevo—. Puesto que los beneficios no se basan en la creación de valor nuevo o añadido, las operaciones de inversión resultan extremadamente volátiles, y los pecios de las acciones, las obligaciones y otras formas de inversión pueden llegar a divergir radicalmente de su valor real: por ejemplo, las acciones en empresas incipientes de Internet, que se mantuvieron por un tiempo al alza, sostenidas principalmente por valoraciones financieras en espiral, para luego desplomarse. Los beneficios dependen, entonces, del aprovechamiento de las ventajas ofrecidas por movimientos de precios que divergen al alza del valor de las mercancías, para vender oportunamente antes de que la realidad fuerce la "corrección" a la baja para ajustarse a los valores reales. El alza radical de los precios de un activo, mucho más allá de los valores reales, es lo que se llama la formación de una burbuja.

¿Por qué la financiarización es tan volátil?

Con la rentabilidad dependiendo de golpes especulativos, no resulta sorprendente que el sector financiero vaya de burbuja en burbuja, o de una manía especulativa a otra.

Puesto que está sostenido por una manía especulativa, el capitalismo inducido financieramente no ha dejado de batir registros en materia de crisis financieras desde que los mercados de capitales fueron desregulados y liberalizados en los 80.

Antes de la actual debacle de Wall Street, las más explosivas fueron la crisis financiera mexicana de 1994-95, la crisis financiera asiática de 1997-1998, la crisis financiera rusa de 1996, el colapso del mercado de valores de Wall Street de 2001 y el colapso financiero argentino de 2002.

El antiguo secretario del Tesoro con Bill Clinton, un hombre de Wall Street –Rober Rubin—, predijo hace cinco años que "las crisis financieras futuras serán con casi toda seguridad inevitables, y podrían llegar a ser hasta peores."

¿Cómo se forman, crecen y estallan las burbujas?

Sirvámonos, a modo de ejemplo, de la crisis financiera asiática de 1997-98.

* Primero: balanza de pagos y liberalización financiera impuestas por el FMI y el Departamento noteamericano del Tesoro.

* Luego, entrada de fondos extranjeros en busca de rápida y elevada rentabilidad, lo que significa que entraron en el Mercado inmobiliario y en el Mercado de valores.

* Sobreinversión, lo que llevó al desplome de los precios en el Mercado de valores y en el Mercado inmobiliario, lo que, a su vez, condujo al pánico y a la coinsiguiente retirada de fondos: en 1997, en unas pocas semanas 100 mil millones de dólares abandonaron las economías del este asiático.

* Rescate de los especuladores extranjeros por parte del FMI.

* Colapso de la economía real: la recesión se extiende por todo el Este asiático en 1998.

* A pesar de la desestabilización a gran escala, todos los intentos realizados para imponer regulaciones nacionales o globales del sistema financiero fueron rechazadas con razones puramente ideológicas.

Volvamos a la presente burbuja. ¿Cómo se formó?

El actual colapso de Wall Street arraiga en la burbuja tecnológica de fines de los 90, cuando el precio de las acciones de las empresas incipientes en el mundo de Internet se disparó, para luego desplomarse, resultando todo ello en la pérdida de activos por valor de 7 billones de dólares y en la recesión de 2001-2002.

Las laxas políticas monetarias de la Rerserva Federal bajo Alan Greenspan estimularon la burbuja tecnológica, y cuando está colapsó dando paso a la recesión, Greenspan, tratando de prevenir una recesión duradera, rebajó en junio de 2003 los tipos de interés a un nivel sin precedentes en 45 años (al 1%), manteniéndolo en ese nivel durante más de un año. Con eso lo que consiguió fue estimular la formación de otra burbuja: la burbuja inmobiliaria.

En fecha tan temprana como 2002, economistas como Dean Baker, del Center for Economic Policy Research, alertaron sobre la formación de una burbuja inmobiliaria. Sin embargo, en fecha tan tardía como 2005 el entonces presidente del Consejo Económico de asesores de la Presidencia de la nación y actual presidente de la Reserva Federal, Bern Bernanke, atribuía el incremento de los precios de la vivienda en EEUU a "unos fundamentos económicos robustos", y no a la actividad especulativa. ¿A quién puede sorprender que el estallido de la crisis subprime en verano de 2007 pillara a este hombrecito con la guardia totalmente baja?
¿Y cómo creció?

Oigámoslo de boca de uno de los propios jugadores clave en los mercados, de George Soros: "Las instituciones hipotecarias animaron a los hipotecados a refinanciar sus hipotecas aprovechando la revalorización experimentada entretanto por sus casas. Rebajaron sus criterios de préstamo e introdujeron nuevos productos, como hipotecas a interés variable, hipotecas que 'sólo servían intereses' y 'ofertas promocionales' con tipos de interés para partirse de risa. Todo eso animó a especular con la vivienda. Los precios de las casas comenzaron a subir a un ritmo de dos dígitos. Eso sirvió para retroalimentar la especulación, y el alza de los precios inmobiliarios consiguió que los propietarios de casas se sintieran ricos; el resultado fue el boom consumista que ha sostenido a la economía estos últimos años."

Observando las cosas más de cerca, se ve que la crisis hipotecaria no resultó de una oferta superior a la demanda real. La "demanda" estaba, por mucho, fabricada por la manía especulativa de promotores y financieros empeñados en conseguir grandes beneficios a partir de su acceso al dinero foráneo que inundó a los EEUU de la última década. Ingentes volúmenes hipotecarios fueron agresivamente ofrecidos y vendidos a millones de personas que, normalmente, no habrían podido permitírselo ofreciéndoles unos tipos de interés ridículamente bajos, ulteriormente ajustables para sacar más dinero de los propietarios de casas.

¿Pero cómo pudieron las hipotecas subprime degenerar en un problema de tales dimensiones?

Porque los activos pasaron entonces a ser "segurizados": quienes habían generado las hipotecas, procedieron a amalgamarlas con otros activos en complejos productos derivados llamados "obligaciones de deuda colateralizada" (CDO, por sus siglas en inglés), lo cual resultó relativamente fácil dado que trabajaban con diversos tipos de intermediarios que, sabedores del riesgo, se deshacían de esos títulos de valores lo más rápidamente posible, pasándolos a otros bancos e inversores institucionales. Esas instituciones, a su vez, se deshacían del producto, pasándolo a otros bancos y a instituciones financieras foráneas.

Cuando aumentaron los tipos de interés de los préstamos subprime, de las hipotecas variables y de otros préstamos inmobiliarios, el juego tocó a su fin. Hay cerca de 6 millones de hipotecas subprime, el 40% de las cuales entrarán en impago en los próximos dos años, según estimaciones de Soros.

A los que hay que añadir otros 5 millones de impagos en los próximos 7 años, derivados de los tipos hipotecarios variables y de otros "préstamos flexibles". Pero los títulos, cuyo valor se cuenta por billones de dólares, ya se han infiltrado como un virus en el sistema financiero global. El gigantesco sistema circulatorio del capitalismo global ha sido fatalmente infectado.

¿Pero cómo pudieron los titanes de Wall Street desplomarse como un castillo de naipes?

Lo que ocurrió con Lehman Brothers, Merrill Lynch, Fannie Mae, Freddie Mac y Bear Stearns fue, simplemente, que las pérdidas representadas por esos títulos tóxicos rebasaban por mucho sus reservas, lo que condujo a su caída. Y más caerán, probablemente, cuando sus libros de contabilidad, que en los que ahora esos títulos figuran en el Haber, se corrijan para reflejar el actual valor de esos activos.

Y muchos otros les seguirán, a medida que vayan quedando expuestas otras operaciones especulativas, como las centradas en las tarjetas de crédito y en las diferentes variedades de seguros contra riesgos. AIG cayó por causa de su gigantesca exposición en el área no-regulada de los contratos de protección crediticia derivada (credit default swaps), unos derivados financieros que permitían a los inversores apostar dinero a la posibilidad de que las empresas no pudieran devolver los préstamos.

Tales apuestas sobre impagos crediticios representan ahora un mercado de 45 billones de dólares, un mercado, como dicho, que carece de toda regulación. La ciclópea dimensión de los activos que podrían quedar dañados en caso de que AIG colapsara fue lo que movió a Washington a cambiar de idea e intervenir para rescatarlo, luego de haber dejado caer a Lehman Brothers.

¿Qué pasará ahora?

Puede decirse sin avilantez que habrá más bancarrotas y más nacionalizaciones e intervenciones públicas, desempeñando las instituciones y los bancos extranjeros un papel auxiliar del gobierno de los EEUU. Que el colapso de Wall Street irá a más y prolongará la recesión norteamericana. Y que la recesión en EEUU se comunicará a Asia y al resto del mundo, que sufrirá también una recesión, si no algo peor. La razón de esto último es que el principal mercado exterior de China son los EEUU y que China, a su vez, importa materias primas y bienes intermedios –de los que se sirve para sus exportaciones a los EEUU— de Japón, Corea y el Sudeste asiático. La globalización ha hecho imposible el "desacoplamiento". Los EEUU, China y el Este asiático andan ahora como tres prisioneros atados a una misma cadena.

¿Y en suma?

El desplome de Wall Street no sólo se debe a la codicia y a la falta de regulación estatal de un sector hiperactivo. El colapso de Wall Street hunde sus raíces en la crisis de sobreproducción que ha sido la plaga del capitalismo global desde mediados de los 70.

La financiarización de la inversión ha sido una de las vías de escape para salir del estancamiento, siendo las otras dos la reestructuración neoliberal y la globalización. Habiendo resultado de poco alivio la reestructuración neoliberal y la globalización, la financiarización pareció atractiva como mecanismo de restauración de la rentabilidad. Pero lo que ahora ha quedado demostrado es que la financiarización es una senda peligrosa que lleva a la formación de burbujas especulativas, capaces de ofrecer una efímera prosperidad a unos cuantos, pero que terminan en el colapso empresarial y en la recesión de la economía real.

Las cuestiones clave son éstas: ¿Cuán profunda y duradera será esta recesión? ¿Necesitará la economía de los EEUU generar otra burbuja especulativa para salir de esta recesión? Y si tal es el caso, ¿dónde se formará la siguiente burbuja? Algunos dicen que la próxima surgirá en el complejo militar-industrial o en el "capitalismo del desastre" sobre el que escribe Naomi Klein. Pero eso es harina de otro costal.

Walden Bello, profesor de ciencias políticas y sociales en la Universidad de Filipinas (Manila), es miembro del Transnational Institute de Amsterdam y presidente de Freedom from Debt Coalition, así como analista senior en Focus on the Global South.

Traducción para
www.sinpermiso.info: Ricardo Timón y Mínima Estrellav

29.9.08

Los juicios de Guantánamo

El gobierno estadounidense afirma que seis años es un plazo insuficiente para preparar pruebas
Los juicios de Guantánamo

Traducido al inglés por Rebelión por Sinfo Fernández

Imagínese Vd. que le agarran en Afganistán o en Pakistán, donde Vd. era, posiblemente, un hombre absolutamente inocente, y que le venden para conseguir una recompensa, o que era un soldado musulmán combatiendo contra otros musulmanes en una guerra civil cuyas raíces arrancan de la resistencia ante la ocupación soviética de la década de 1980, que fue parcialmente financiada por los Estados Unidos.

Imagínese después que, tras ser tratado con atroz brutalidad por las fuerzas estadounidenses, no le dan oportunidad alguna para poder demostrar que es un hombre inocente atrapado por error, un soldado, o la víctima de cazadores de recompensas, y a cambio le obligan a meterse en vuelo que le traslada al otro confín del mundo hasta una prisión experimental situada fuera del país de sus captores, donde le empiezan a interrogar sobre sus conexiones con al-Qaida y Osama bin Laden.

En ningún momento se le ofrece la protección de las Convenciones de Ginebra (de las que sus captores son signatarios), que se aprobaron para impedir el “trato humillante y degradante” a los prisioneros atrapados durante tiempo de guerra y también para impedir el empleo de la fuerza en los interrogatorios (se les pueden hacer preguntas pero está prohibida cualquier forma de “coacción física o mental”). Sin embargo, al esforzarse en contestar a las preguntas que le hacen –quizá porque no sabe nada ni sobre al Qaida ni sobre Osama bin Laden-, no sólo es interrogado implacablemente, sino que es sometido a toda una colección de “técnicas de interrogatorio potenciadas” [*], que violan la Convención de Naciones Unidas Contra la Tortura y otros Tratos o Castigos Crueles, Inhumanos o Degradantes, de la cual sus captores son también signatarios.

Imagínese ahora que, después de seis años y medio de encarcelamiento –durante los cuales, a diferencia de los criminales culpables del continente estadounidense, Vd. nunca ha sido acusado ni juzgado y tampoco se le ha permitido ni una sola visita de sus seres queridos-, el más alto tribunal legal estadounidense, en Boumediene v. Bush, decide que Vd. tiene derecho al habeas corpus; es decir, derecho a saber por qué se le mantiene detenido. Y finalmente, imagínese que, en respuesta a esa legislación, cuando los jueces responsables de examinar las revisiones han ordenado que esos casos deben abordarse “tan rápidamente como sea posible” y fijan unos límites que el gobierno debe cumplir, sus captores dan media vuelta y dicen que, después de mantenerle 2.444 días en Guantánamo, necesitan más tiempo para preparar el caso contra Vd.

Creo que Vd. se sentiría horrorizado y llegaría a la conclusión de que ese gobierno está dilatándolo todo por motivos políticos, confiando en evitar así una humillación antes de las elecciones presidenciales y tratando, sobre todo, de impedir una repetición del veredicto de Parhat v. Gates, el único caso revisado desde que el Tribunal Supremo emitió su legislación en junio, en el cual los jueces –ni más ni menos que dos conservadores y un liberal- dictaminaron que la designación de Huzaifa Parhat, un musulmán chino, como “enemigo combatiente” era “nula” y fustigó la calidad de la prueba presentada por el gobierno como algo parecido a un poema disparatado de Lewis Carroll, autor de “Alicia en el país de las maravillas”.

Y creo que no andaban muy descaminados con esa opinión. Cuando el Tribunal Supremo dictaminó que los prisioneros tenían derecho a una “rápida vista del habeas corpus” y añadió que “aunque fuera inevitable algún retraso a la hora de implementar los nuevos procedimientos, los retenidos bajo vigilancia no deberían soportar más los costes de esos retrasos”, es verdad que no pensaban, transcurridos ya alrededor de tres meses, que el gobierno iba a continuar haciéndose el remolón. Inmediatamente después de la sentencia del Tribunal Supremo, se fijaron una serie de reuniones para designar los jueces que debían revisar los 250 casos y fijar fechas para que el gobierno y los abogados defensores de los prisioneros presentaran sus pruebas. El 11 de julio, la Corte del Distrito encargada de las revisiones “le ordenó al gobierno que presentara los informes a un ritmo de cincuenta por mes, y los primeros cincuenta en la fecha límite del 29 de agosto de 2008”.

Sin embargo, “justo antes de la medianoche” del 29 de agosto, con sólo 22 informes entregados, el gobierno presentó una “moción instantánea” pidiendo más tiempo, alegando que “sencillamente no había sido consciente de la extensión de los desafíos planteados por la gran necesidad que esos casos tenían de información clasificada cuando propuso completar la primera serie de informes sobre los hechos para finales de agosto”, y pidiendo un “alivio parcial y temporal” de la orden del 11 de julio. Concretamente, como señaló el juez Hogan en su opinión emitida el 19 de septiembre, el gobierno pidió una ampliación de treinta días. Personalidades de alto nivel –el Consejo General en funciones del Departamento de Defensa, el Ayudante del Fiscal General para la División Civil del Departamento de Justicia, y el Director de la CIA- explicaron “los importancias recursos y esfuerzos que el gobierno había dedicado a preparar los informes sobre los hechos y el riesgo de dañar la seguridad nacional implícita en ellos al tener que dar a conocer información clasificada a personas situadas fuera de la Rama del Ejecutivo”.

El juez Hogan, después de señalar que aplazar el plazo un mes no suponía ningún alivio “parcial” ni “temporal”, estuvo de acuerdo en conceder la petición del gobierno. Afirmó que, tras revisar las declaraciones, “el Tribunal se siente satisfecho de que el gobierno no esté dilatándose en un intento por retrasar esas cuestiones más allá de lo que es necesario para establecer las protecciones necesarias a la seguridad nacional asociadas con la desclasificación de información reservada. Estos casos no son normales y corrientes; implican cantidades importantes de información sensible y clasificada sobre individuos de los que el gobierno afirma que eran parte o que apoyaban a los talibanes o al-Qaida u otras organizaciones contra que EEUU está inmerso en conflicto armado”.

Sin embargo, el juez Hogan afirmaba también que “el Tribunal admite, a su pesar, la moción del gobierno”, explicando que “se sentía decepcionado por la falta de cumplimiento por parte del gobierno del plazo fijado por el Tribunal, debido en parte a las seguridades recibidas por el gobierno”. Citando declaraciones en las que el gobierno proclamaba que había “intentado cumplir su objetivo” y que “continuaría esforzándose por cumplir el requerimiento de cincuenta casos al mes”, el juez Hogan añadió, mordazmente, que el Tribunal “no estaba simplemente fijando un ‘objetivo’ para que el gobierno se ‘esforzara’”, sino que estaba, más bien, “ordenando al gobierno que presentara al menos cincuenta informes de hechos para finales de mes, seguidos, a partir de entonces, de al menos otros cincuenta más cada mes hasta que la producción estuviera completa”.

En conclusión, aunque el juez Hogan reconocía que, como el gobierno había explicado, desde el dictamen del Tribunal Supremo, sus “fiscales y otros elementos de múltiples agencias han trabajado mucho y duro, noches y fines de semana”, le recordaba al ejecutivo que “el gobierno mantiene detenidos más de seis años ya a muchos de esos peticionarios, y ya va siendo hora de proporcionarles la oportunidad de examinar completamente la legalidad de esa detención de una manera rápida y significativa”.

Añadió, con un ápice de irritación, que la decisión de conceder a los prisioneros el derecho a examinar completamente la legalidad de su detención mediante los desafíos del habeas corpus” no “había caído como una bomba”, como el gobierno argüía, porque el Tribunal Supremo había dictaminado ya, cuatro años antes (en Rasul v. Bush), que tenían ese derecho. Este fue, parece, un comentario mordaz sobre la legislación aprobada por el gobierno tras el caso de Rasul (el Acta sobre el Trato a los Detenidos y el Acta de las Comisiones Militares), que fue parcialmente revocada –y declarada inconstitucional- en Boumediene.

La decisión del Tribunal va a suponer muy poco alivio para los prisioneros que se pudren en Guantánamo mientras el gobierno hace todo lo que está en su poder para evitar exponer sus razones –o la falta de ellas- para retenerles allí, pero muestra, al menos, que los jueces responsables de revisar sus casos están prestando atención.

N. de la T.:

[*] Véase a ese respecto el artículo “Torturando en la oscuridad” de Stephen Soldz, Brad Olson, Steve Reisner, Jean Maria Arrigo y Bryant Welch: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=70813

Andy Worthington es un historiador británico y autor del libro “The Guantánamo Files: The Stories of the 774 Detainees in America’s Illegal Prison”, publicado por Pluto Press. Su página en Internet es: www.andyworthington.co.uk. Puede contactarse con él en:

20.8.08

La Habana no tiene ninguna lección que recibir en derechos humanos

20-08-2008

Entrevista al escritor y periodista francés Salim Lamrani
"La Habana no tiene ninguna lección que recibir en derechos humanos"
Nicolas Ethève
La Marseillaise
Revisado por Caty R.
Salim Lamrani, especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, recusa en su último libro la estigmatización del gobierno cubano en materia de respeto de los derechos humanos.
Profesor, escritor y periodista, Salim Lamrani es especialista de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Después de su libro titulado Cuba frente al Imperio, el autor francés ha publicado una nueva obra dedicada al análisis del informe de Amnistía Internacional sobre el respeto de los derechos humanos en el mundo. En Doble Moral. Cuba, la Unión Europea y los derechos humanos, Salim Lamrani recusa, en el fondo, la legitimidad de las sanciones políticas y diplomáticas que la Unión Europea impuso a Cuba entre 2003 y 2005*.
En su último libro, usted afirma que según el informe anual de Amnistía Internacional Cuba se encuentra lejos de ser el peor alumno de la clase mundial en materia de respeto a los derechos humanos ¿Qué rango le atribuye?
Amnistía Internacional, sin duda, es la organización de derechos humanos más seria y prestigiosa del mundo. Es extremadamente crítica respecto al gobierno de La Habana hasta tal punto que éste rompió las relaciones con la ONG en 1988. No obstante, según el informe de Amnistía sobre los derechos humanos, Cuba es el país de América Latina que menos los viola. En el ámbito europeo, 23 de las 25 naciones que votaron las sanciones políticas y diplomáticas contra Cuba en 2003 presentan una situación de los derechos humanos mucho más desastrosa que la de Cuba. En una palabra, La Habana no tiene ninguna lección que recibir de nadie.
¿Cuáles son las diferencias más notables entre la situación cubana y la de las naciones latinoamericanas y europeas?
Empecemos por la Unión Europea, que supuestamente es un remanso de democracia y respeto a derechos humanos. En cuanto a Cuba, Amnistía jamás ha señalado ningún caso de asesinato político (al contrario del Reino Unido), tortura o tratos inhumanos (Bélgica, Francia, Grecia, Italia, etc.), utilización de pruebas conseguidas bajo tortura (Alemania), desapariciones (Estonia), secuestro de personas por las autoridades (Italia), impunidad tras un crimen cometido por agentes del Estado (Austria, España, Francia, Grecia, etc.), tráfico de seres humanos (Grecia), niños privados de acceso a la educación a causa de su origen étnico (Grecia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Letonia, Eslovenia), esterilización forzosa de mujeres procedentes de minorías (República Checa, Eslovaquia), incitación al odio racial y a la discriminación por las autoridades (Hungría, Letonia).
En el continente americano, la situación es peor. Cuba se desmarca claramente de las demás naciones. Amnistía jamás ha señalado contra La Habana un caso de asesinato y ejecución extrajudicial cometidos por las fuerzas del orden (al contrario de Bahamas, Brasil, Canadá, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Haití, Jamaica, México, Nicaragua, Perú, Puerto Rico, Trinidad y Tobago, Venezuela, Estados Unidos), asesinato político (Estados Unidos), asesinatos de niños por las fuerzas del orden (Honduras), violaciones cometidas por la policía (Bahamas, Colombia), impunidad para policías o miembros del ejército responsables de crímenes (Chile, Colombia, Guatemala, Haití, Estados Unidos, etc.), uso de la tortura por las fuerzas del orden (Belice, Brasil, Colombia, Estados Unidos, etc.).
Del mismo modo, para Cuba, Amnistía jamás ha señalado algún caso de esclavitud de las poblaciones indígenas, incluidos niños (Bolivia), trabajos forzosos para niños (Bolivia), explotación económica de niños (Ecuador, Paraguay etc.), tráfico de niños (Bolivia), tortura de niños por las fuerzas del orden (Brasil), niños en prisión (Bolivia), reclutamiento militar de niños (Paraguay), presencia de escuadrones de la muerte compuestos por miembros de la policía (Brasil) masacres de campesinos (Brasil), uso de esclavos (Brasil), obreros muertos de cansancio (Brasil), asesinatos de militantes de derechos humanos por las fuerzas del orden (Brasil, Colombia, Honduras), extorsión orquestada por las fuerzas del orden (Brasil), secuestros generalizados en los que están implicadas las autoridades (Colombia, Haití), asesinatos de sindicalistas (Colombia), asesinatos de periodistas (Colombia, Haití, México), criminalización de la homosexualidad (Nicaragua), tortura y asesinato de homosexuales (Ecuador, Jamaica, México) o tortura a los indígenas (Ecuador). Realmente comprobamos la singularidad cubana en el continente americano: Éste país es el que más respeta los derechos humanos.
A pesar de esta realidad, bastante contrastada, en 2003 la Unión Europea se alineó con la posición estadounidense e impuso a Cuba sanciones legitimadas por su falta de respeto de los derechos humanos. Para usted, ¿esta estigmatización se apoya exclusivamente en el rechazo cubano de la economía de mercado?
La Unión Europea es una potencia económica innegable pero es una enana política y diplomática incapaz de adoptar una posición constructiva e independiente de Washington en sus relaciones con Cuba. La UE, a causa de las numerosas violaciones de derechos humanos de las que es culpable, no tiene ninguna autoridad moral para erigirse en juez y estigmatizar a Cuba. La retórica oficial para justificar las sanciones –los derechos humanos– se desmorona en cuanto se confronta con la realidad. Lo que molesta a la UE es el sistema político, económico y social cubano. Ya es hora de que Bruselas se ubique del lado de la razón y, en este sentido, ha dado un paso al eliminar las sanciones políticas y diplomáticas ilegales y arbitrarias el 20 de junio de 2008*. Ahora es imprescindible suprimir la Posición Común de 1996.
Double Morale. Cuba, l'Union européenne et les droits de l'homme. Prólogo de Gianni Miná. París, Ediciones Estrella, 2008. 123 páginas. 10 euros. Para recibir el libro: lamranisalim@yahoo.fr
(*). Suspendidas en 2005, estas sanciones (restricción de las visitas de alto nivel, reducción de la participación europea en los eventos culturales cubanos e invitación de los disidentes por las embajadas europeas) fueron levantadas definitivamente el 20 de junio de 2008 por la Unión Europea.